Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Cantar 8, 1-8

1 ¡Ah, si fueras tú un hermano mío, amamantado a los pechos de mi
madre! Podría besarte, al encontrarte afuera, sin que me despreciaran.

2 Te llevaría, te introduciría en la casa de mi madre, y tú me
enseñarías. Te daría a beber vino aromado, el licor de mis granadas.

3 Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me abraza.

4 Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, no despertéis, no desveléis al
amor, hasta que le plazca.

5 ¿Quién es ésta que sube del desierto, apoyada en su amado? Debajo
del manzano te desperté, allí donde te concibió tu madre, donde concibió la
que te dio a luz.


6 Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo.
Porque es fuerte el amor como la Muerte, implacable como el seol la
pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llama de Yahveh.

7 Grandes aguas no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si
alguien ofreciera todos los haberes de su casa por el amor, se
granjearía
desprecio.

8 Tenemos una hermana pequeña: no tiene pechos todavía. ¿Qué
haremos con nuestra hermana el día que se hable de ella?